"Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor". José Luis Sampedro

jueves, 24 de enero de 2013


Felicidad

La vida no para quieta.
Permanece con los ojos abiertos.
No se tranquiliza con nuestra tila,
pues zarpa en búsqueda de un valioso tesoro.

El tesoro nos es bien conocido,
lo nombramos con frecuencia,
mas nos muestra reticencia.
Ni saboreado ni degustado en mucho tiempo ha sido.

Le susurramos que nos invada.
Soñamos con su resistente llegada.
Le comunicamos con denodado ahínco
que deseamos sentir su brinco.

Oh, felicidad, ven a nosotros.
Oh, felicidad, eres el más grande de nuestros tesoros.

Eres tú quien nos ilumina,
quien nos saca una sonrisa.
Eres requerida por la alegría,
pues sin ti se siente perdida.

Nuestra frustrada existencia
se convierte en complacencia,
cuando por los caminos de la vida,
tú te inmiscuyes sin ninguna mida.

Oh, felicidad, que tanto te haces de rogar.
Oh, felicidad, que tanto nos haces disfrutar.

Ocupada estás nutriendo a los niños.
Te acaparan con su adorable ingenuidad,
fruto de su corta, inexperta y jovial edad.
Pareces olvidar la existencia de los demás.

Al besar a tu hermana la libertad,
nos casamos con  la responsabilidad.
Y la madurez nos despojó de la igenuidad,
con la consecuente marcha de la felicidad.

Oh, felicidad, ven a nosotros.
Oh, felicidad, eres el más grande de nuestros tesoros.

César Fuster